El Barroco americano floreció sobre todo en México, Perú y en el Río de la Plata, en donde se destaca un compositor que murió en la ciudad de Córdoba y se llamaba Domenico Zipoli, autor de una misa estrenada en nuestro país.
La música colonial americana comprende el período artístico que se desarrolló entre los siglos XVI y XIX. Musicalmente corresponde a la finalización del Renacimiento y, principalmente, al Barroco europeo. De acuerdo con los comentarios de los críticos y estudiosos de este periodo musical, muchos fueron los músicos que vinieron de Europa para instalarse en las capitales de los virreinatos españoles en América. Progresivamente se agrandó la brecha cultural existente entre los dos continentes, y, muy temprano, comenzaron a destacarse músicos americanos, criollos y aborígenes, cuyas composiciones musicales fueron escritas en sus idiomas amerindios originales, en especial en quechua y en náhuatl.
Innumerables partituras de este singular periodo musical americano se perdieron a partir de 1567, por efecto de la expulsión de los sacerdotes jesuitas del continente americano bajo dominio español. Si a este hecho, ya de por si significativo, añadimos la orden emitida para la anulación de la Compañía de Jesús en Italia por el Papa Clemente XVI, cinco años después de su expulsión de la América Española , podremos apreciar la magnitud del daño causado al patrimonio barroco americano. El proceso de independencia de América del imperio español también tuvo su influencia negativa en la música barroca americana, en la medida en que la libertad americana se acompañó de una negación de lo ibérico y sus expresiones en América y de un acercamiento a las culturas y formas de pensar de los nuevos países hegemónicos, en especial, Francia e Inglaterra.
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