La música sinfónica
Beethoven comienza un segundo estilo compositivo que dará nacimiento a dos corrientes:
- Leipzig: Partidarios de lo conservador y formal
- Weimar: con grandes ideas renovadoras del romanticismo.
BEETHOVEN
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SCHUMANN
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BERLIOZ
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MENDELSSOHN
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Leipzig
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Weimar
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BRAHMS
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LISZT
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Schumann
Se identifica con el romanticismo como compositor de música para piano. También compuso 4 sinfonías.
Mendelssohn
Sus sinfonías sugieren un estímulo determinado (“Italiana”, “Escocesa”, etc.) También compuso oberturas con cierto argumento y además fue director de orquesta, dando a conocer mucha música de Bach que hasta entonces permanecía en el olvido.
Escribió sinfonías y oberturas (“Trágica”, “Festival académico”) con una orquestación densa y de sonoridad oscura.
Berlioz
Da siempre un argumento a través de su música y por eso pretende que sus obras sean escuchadas con conocimiento de la trama argumental de las mismas. Compuso óperas (“Benvenuto Cellini”, “Los troyanos”), sinfonías (“Fantástica”, “Romeo y Julieta”, etc.), oberturas (“El carnaval romano”, “Jueces francos”, “El rey Lehar”, “Te deum”, entre otras)
Su sinfonía “Fantástica” de 1830 es considerada la primera sinfonía romántica, y en ella se encuentra el principio de la idea fija o motivo conductor, que es un tema musical que se repite y que caracteriza a una situación o personaje determinado. También escribió obras literarias y críticas musicales. Fue un importante orquestador; su “Tratado de instrumentación y orquestación “, todavía es consultado.
Liszt
Comenzó como pianista virtuoso aunque luego renegó de la vanidad del virtuosismo y se dedicó a la búsqueda de fines más elevados en la creación musical. Quiere que el virtuosismo sea un medio y no un fin.
Desde el punto de vista sinfónico compuso poemas sinfónicos y dos sinfonías que son más que nada, series de poemas sinfónicos, tituladas “Dante” con sus dos partes “Infierno” y “Purgatorio”, basada en la Divina comedia de Dante Y Fausto (basado en la obra de Göethe y que consta de tres poemas sinfónicos: “Fausto”, “Margarita” y “Mefistófeles”. También compuso obras religiosas (llegó a tomar los hábitos menores): misas, Te Deum, salmos, oratorios y obras corales de carácter folclórico.
Desde el punto de vista sinfónico compuso poemas sinfónicos y dos sinfonías que son más que nada, series de poemas sinfónicos, tituladas “Dante” con sus dos partes “Infierno” y “Purgatorio”, basada en la Divina comedia de Dante Y Fausto (basado en la obra de Göethe y que consta de tres poemas sinfónicos: “Fausto”, “Margarita” y “Mefistófeles”. También compuso obras religiosas (llegó a tomar los hábitos menores): misas, Te Deum, salmos, oratorios y obras corales de carácter folclórico.
La ópera romántica
Italia
G. Verdi (1813-1901) Es de lejos, la figura
más importante de la ópera italiana. Su obra puede dividirse en cuatro períodos:
- Obras anteriores a 1851 relacionadas con los esfuerzos políticos por la unidad italiana; estas obras son todavía algo primarias, pero poseen un poderoso sentido dramático y profundos estudios psicológicos en lo que a sus personajes se refiere (“Tabuco”, “Los lombardos”)
- Obras de principios de 1850 con declamación musical apasionada y dramática y sutiles refinamientos armónicos (“Rigoletto”, “Il trovatore”, “La traviata”)
- Después de un breve descanso, compone obras para Francia y cae bajo el influjo de Meyerbeer; es un período experimental, de obras largas de tramas rebuscadas y desparejas de riqueza armónica y orquestal (“un baile de máscaras, “La fuerza del destino””, “Don Carlos”. También compuso los dos primeros actos de Aída
- Período de madurez artística y total evolución armónica orquestal y psicológica (dos últimos actos de “Aída” y sus dos obras maestras: “Othello” dentro del género trágico y “Falstaff” dentro del cómico. También compuso en esta época, cuartetos para cuerdas, obras corales y el Réquiem.
Francia
Después de que los compositores franceses imitaron los
manierismos de Rossini, revivió la “ópera comique”, la cual luego, por su
hondura de expresión y seriedad, se convirtió en la “ópera Lyrique”. De esta forma se llegó a la Gran ópera de
argumento histórico, con elementos de realismo, fragmentos sinfónicos, grandes
arias y triviales ballets, cuyo principal representante fue Meyerbeer (“Los
hugonotes”, “La africana”, etc.)
La ópera lírica fue el contrapeso de la ampulosidad de
Meyerbeer con obras de Gounod (“Fausto”, “Romeo y Julieta”) y obras de Massenet
(“Manon”). También pertenece a este género la ópera “Carmen” de Bizet.
Alemania
R. Wagner
(1813-1883). Su ideal era la composición
de la obra de arte total, que representara la unión de todas las
manifestaciones artísticas, en unidad ética y estética. Sus primeras óperas
desde el año 1848, tienen un influjo italiano (“Rienzi” sobre tema histórico,
“El buque fantasma”, donde introduce la idea de la leyenda, “Tanhäuser” y
“Lohengrin”, ambas sobre leyendas medievales).
A partir de entonces, siente la necesidad de cambiar y redacta ensayos
acerca de cómo debe ser la nueva ópera, la obra de arte total.
En un segundo
período compuso óperas o dramas musicales como los llamó, de mayor importancia,
de textura continua, con forma cíclica y gran orquesta, audacias armónicas,
cromatismos acentuados y utilización del “Leit-
motiv” (motivos conductores que caracterizan personajes, sentimientos,
situaciones determinadas, pensamientos, etc. Y que dan unidad temática a la
obra). Entre estos dramas musicales se encuentran la tetralogía “El anillo del
Nibelungo” el tema es la leyenda germana de la lucha entre dioses, enanos,
gigantes y héroes por el poder y el amor; compuesta por “El oro del Rin”, “La
Valkiria”, “Sigfrido”, y “El ocaso de los dioses”) “Tristán e Isolda” con la
exaltación del amor por sobre todas las cosas, “Los maestros cantores” con la
historia de los maestros cantores alemanes del siglo XV, en especial Hans
Sachs y “Parsifal” una leyenda medieval
de hondo contenido religioso, casi místico.
El “Verismo” (realismo)
Es un
movimiento de corta duración que combina la descripción musical de emociones
primarias con el realismo literario. Sólo hay dos obras importantes dentro de
este género: “Caballería rusticana” de Mascagni e “Il Pagliacci” de
Leoncavallo.